A la cárcel, y con un trozo de lengua cercenada, fue enviado ayer Luis Eduardo Hermosilla Vergara, de 48 años, chófer de colectivo que intentó abusar de una menor de edad, quien opuso tenaz resistencia al ataque.
La víctima, de 15 años de edad, había amanecido bebiendo con unos amigos en la Plaza Benjamín Muñoz Gamero de Punta Arenas. Ella misma confesó que estuvo compartiendo vino, pisco y cerveza con un grupo de amigos.
Siendo las 11,30 horas, aproximadamente, llegó caminando a Independencia con Armando Sanhueza. En ese momento entra en escena Luis Eduardo Hermosilla Vergara, quien guiaba un taxi colectivo de la línea 220. Al ver que la menor cae al suelo, producto de su embriaguez, la convence de subir al auto.
De acuerdo a los antecedentes que la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI entregó a la fiscal Rina Blanco, el chofer, de un metro 80 de estatura, ofreció comprarle algo de beber. Pasaron a un local donde adquirió un jugo y cerveza. Y en otra parte le compró dos empanadas.
Viendo que su víctima no oponía resistencia tomó la Ruta 9 Sur y la llevó al sector de Discordia, a unos 12 kilómetros de Punta Arenas. Ese fue el lugar escogido para saciar sus bajos instintos. Viendo que la niña aún estaba ebria, y que no había nadie en las cercanías, se pasó al asiento del copiloto, con claras intenciones de violarla.
Claro que el sujeto nunca imaginó que la menuda víctima, de apenas un metro 50 centímetros de estatura, reaccionaría tan violentamente luego de sacarle la ropa interior.
Los gritos de auxilio no encontraban respuesta en el campo. Además que él le tapaba la boca. Por más que le imploraba que no continuara adelante, el sujeto pensó que la tenía fácil. Pero lo peor para él vendría después, cuando intentó besarla e introducirle la lengua en la boca.
Esto hizo a la adolescente reaccionar con mucha rabia. Primero le mordió el labio y luego la lengua, al punto de cercenarle un trozo del órgano carnudo. En ese momento, así herido, fue al maletero y tomó un palo, “con el cual pretendía golpear a la menor, huyendo la víctima del lugar”, dijo la fiscal.
Ciclistas
La menor corrió y corrió hasta que en el camino se encontró con dos ciclistas, que fueron su salvación. Llorando les contó el tormento que estaba padeciendo.
Eran alrededor de las 12,30 horas. Los hombres de las bicicletas de montaña vieron que la niña, de contextura muy delgada, se acercó a ellos llorando, con el cierre del pantalón abajo y una mancha de sangre en el rostro.
“La encontramos en estado de shock cuando nos contó que la habían querido violar, y que por eso le había mordido la lengua al agresor y andaba en busca de ayuda”, declaró uno de los ciclistas.
Ella misma les pidió esconderse porque temía que apareciera el colectivero que andaba con un palo.
Le hicieron caso y se pusieron a resguardo detrás de un cerro, el que subieron con las bicicletas en la mano y la menor caminando.
Estando a salvo uno de ellos buscó tener señal en el teléfono y cuando lo consiguió llamó a Carabineros. En 15 minutos llegó la policía que se llevó a la víctima al hospital.
Detenido
Cuando la menor salía del Servicio de Urgencia se encontró con el agresor, sentado en una silla de ruedas, esperando ser atendido. Lo reconoció frente a Carabineros quienes procedieron a su detención.
“Herida cortante contusa complicada, reparación y sutura múltiple”, fue el informe médico que sobre las lesiones recibió el agresor sexual.
Más tarde declararía ante la PDI que llevó a la niña lejos de la ciudad “porque el día estaba bonito, era como un paseo, no era con mala intención sino que conversar”.
Obviamente que la jueza Paula Stange no le creyó y lo envió a la cárcel, como lo solicitó la fiscal.
Argumentó que esto fue un claro aprovechamiento de una menor de edad, por su estado de embriaguez.
Causas anteriores
Además, Luis Hermosilla Vergara, presenta una denuncia del año 2011, por un hecho similar, cuando intentó violar a una mujer adulta, también al interior de un vehículo.
Además de otras 10 causas judiciales, por maltrato de obra a Carabineros, varias por manejo en estado de ebriedad y otras por conducir sin la licencia debida y falsificación de licencia de conducir.
Lo que resta del proceso judicial, el imputado lo vivirá privado de libertad, en la cárcel de Punta Arenas, pese a la oposición de la abogada defensora, Vania Cáceres.
Fuente: LaPrensaAustral / Actualidad