Por: Claudio Thimeos / Columna
Quién no ha escuchado el dicho “el que quiera celeste que le cueste” , “cuanto mayor es el esfuerzo, mayor es la gloria” o simplemente la clásica y practica frase (generalmente de nuestros padres) “siempre es más fácil cuando uno tiene un título», todo eso basándose en que si uno actúa bien en la vida, se esfuerza y tiene una meta bien definida, es más factible que llegue el éxito. Bueno, creo que esto algunas veces en la realidad no aplica, y más cuando hacemos la comparación entre el mundo laboral privado y el público.
En los últimos días muchas cosas han salido a la luz, como por ejemplo, nos hemos enterado de los “sueldazos” que están ganando muchos funcionarios públicos y, paralelamente en el detalle de su cargo versus su profesión, podemos ver muchas veces que estos no cuentan con una, siendo que la responsabilidad del cargo “quizás” lo amerita, y si no tiene un título que lo respalde, todos nos imaginamos que por lo menos tendrá experiencia en lo que trabaja, pero en ese punto también llegamos a una paradoja y pensamos “¿cómo es posible que una persona sin un título tenga un cargo de importancia en un servicio público y esté ganando mucho más que un titulado en el mundo privado?”
En lo personal, y aunque poseo mi titulo de Publicista y un Diplomado en Evaluación de Proyectos, creo que un título no define si una persona es inteligente o no, o si es capaz o no. En realidad muchas personas destacadas a nivel local o mundial han logrado cosas sin un título de por medio; como decía un profe que tenía en la Universidad: “Chile sufre de titulitis”.
Paralelo a esto, tampoco creo que es menor el tema de ser profesional, muchos nos descrestamos estudiando años para lograr un título, estudiando largas horas, pasando las peripecias propias de la vida del estudiante en otras ciudades, etc. , y más aún después de todo esto, comenzar a adquirir experiencia y ser competitivo en el mundo laboral ejerciendo “in situ” la profesión que uno estudió, logro no menor.
Entonces… ¿cuáles serían las cualidades ideales para contratar al mejor postulante, en este caso para un cargo público de importancia? A mi juicio debe tener un título acorde con el cargo al que el individuo postula, años de experiencia comprobable, demostrar que tiene una “experticia” óptima para llevar adelante las misiones o proyectos que le encomienden, a fin de cuentas SI TIENE UN TITULO QUE LO JUSTIFIQUE. De igual manera, si existe una persona sin un titulo, pero que tiene experiencia para el cargo que se le está contratando, QUE JUSTIFIQUE Y DEMUESTRE LA EXPERIENCIA.
Desgraciadamente, todo lo descrito anteriormente muchas veces no se aplica a los cargos públicos, ya que las personas que quedan elegidas para ocupar estos, en la mayoría de los casos, lo hacen sólo por el famoso PITUTO Y COMPADREO, sólo por haber sido parte de un comando de algún candidato dejando de lado profesión y/o experiencia.
En realidad y a fin de cuentas, ver a personas “no preparadas” para ejercer ciertos cargos de importancia en el mundo público, es una verdadera bofetada a los que sí nos hemos descrestado toda la vida para obtener ciertos logros, tener un buen puesto de trabajo, perfeccionarnos, ir escalando etc. , más aún cuando uno no aprueba ni se hace partícipe de los famosos “pitutos”.
Ahora en el caso de Ancud, en su realidad actual, creo que es un verdadero lujo tener “sueldazos” para algunos de sus funcionarios Municipales, teniendo la comuna tantas otras prioridades incluso que no se puedan financiar arreglos varios en la ciudad solo porque se están destinando gran cantidad de fondos públicos al sueldo de unos pocos, sueldo que la mayoría de personas en el “mundo privado” y con un titulo de por medio JAMAS GANARIA¡. O que incluso, conservando las proporciones, estos mismos cargos en municipalidades del “barrio alto” como Providencia, Las Condes o Vitacura, son remuneradas con un valor menor al que se paga en una ciudad como Ancud.
Para finalizar, y como conclusión, creo que el fenómeno “apitutados /sueldazos” en el mundo Publico es una realidad instalada hace rato en este país, desgraciadamente hemos “normalizado” situaciones como estas, ojala llegue el día en que los “servidores públicos” vuelvan a “servir” a los ciudadanos, y no a “servirse” de estos, como pasa en muchos casos hoy en día.