El Concejo Municipal de Ancud aprobó este miércoles 19 de febrero una medida largamente esperada para enfrentar el problema de la basura en la comuna. Con una votación mayoritaria, los concejales dieron luz verde al trato directo para la recepción y pretratamiento de residuos sólidos en la comuna de Puerto Varas, asegurando así la continuidad del servicio. Solo un concejal, Pablo Vargas, optó por no respaldar la iniciativa, desmarcándose del consenso general y dejando entrever que, en política, algunas decisiones no dependen tanto de la razón como de la pauta. Y menos de beneficiar a la comunidad.
La medida, que busca dar una solución transitoria mientras se avanza en una estrategia definitiva para la gestión de residuos sólidos domiciliarios, fue respaldada por la mayoría del concejo. En palabras del concejal Andrés Ibáñez, «hemos tomado una decisión relevante para la comuna, permitiendo que esta estrategia mantenga la normalidad en la recolección, especialmente en un periodo donde la población flotante aumenta considerablemente». Su postura de liderazgo fue compartida por otros ediles, quienes destacaron que la prioridad es garantizar una ciudad limpia y ordenada. Ibáñez, además, resaltó que este modelo ha demostrado ser funcional durante los meses de verano y que Ancud no puede permitirse un retroceso en la gestión de sus residuos.
El concejal Fernando Ojeda enfatizó que «es nuestra obligación aprobar este trato directo, porque sabemos que Ancud atraviesa una situación crítica con la basura. Esto es una solución temporal, pero necesaria para evitar un colapso sanitario».
Por su parte, Jaime Chipillo recordó que «estas decisiones no son fáciles porque implican recursos municipales, pero tenemos claro que el beneficio para la comunidad es mayor. Nadie quiere caminar entre basura».
Sin embargo, sospechosamente o quizás no tanto, Pablo Vargas, concejal Liberal, cercano al partido Republicano, optó por una postura contraria, lejos del sentido común que primó puertas adentro del concejo, en lo que algunos interpretan como un guiño a ciertos sectores políticos. No pasó desapercibido que, en los días previos, fue blanco de “presiones” en redes sociales por parte del excandidato a alcalde de Ancud por su mismo partido, lo que podría explicar su repentina resistencia a una medida que beneficia a la comunidad. Parece que, en algunos círculos, la gestión de la basura no es solo un problema sanitario, sino una oportunidad política y en este caso, Vargas optó por la anti popularidad. ¿Irónico y contradictorio?, Al parecer sí, veamos.
Mientras tanto, el resto del concejo municipal sigue enfocado en buscar soluciones definitivas. Varios ediles han manifestado la necesidad de transitar hacia un modelo sostenible, evitando depender de medidas temporales que solo postergan el problema. En ese sentido, el desafío sigue siendo encontrar una alternativa viable y permanente para el tratamiento de los residuos, que garantice a los ancuditanos un servicio eficiente sin necesidad de improvisaciones ni cálculos políticos.