En el ciclo de entrevistas “Hablemos de inclusión escolar” que financia el Fondo de Fomentos de Medios Comunicación Social del Gobierno de Chile y el Consejo Regional de Los Lagos. El comunicador Francisco Chávez Catepillán, conversó con Gabriela Solís, psicóloga y coordinadora de la OPD de Castro.
¿Qué es la OPD?
La OPD es la Oficina de Protección de los Derechos de los niños, niñas y adolescentes que está instaurada a lo largo del país en diferentes comunas. Llevo 14 años en esta institución y puedo contarte que nosotros trabajamos con las niñas, niños y adolescentes que han tenido alguna situación de vulneración o sospecha de vulneración de derechos o exclusión social. Hay dos áreas específicas: una es el área de protección, dónde hay una abogada y se hace las averiguaciones de la sospecha de vulneración de derechos y también el área comunitaria que es la que trabaja como los establecimientos educacionales a través de los talleres, de las capacitaciones y del trabajo con un Consejo de Infancia que tenemos instalada aquí en Castro.
¿Cómo es el proceso para que se reconozca a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho?
Para entenderlos como sujetos de derechos lo primordial es la participación de los niños, niñas y adolescentes en los espacios públicos en nuestras comunas. Para ese trabajo hay que ir capacitándolos en la participación, en que ellos tengan una opinión que sea validada y en la autonomía progresiva. Esto quiere decir que este niño pueda reconocerse como sujeto de derecho y pueda lograr tomar decisiones a lo largo de su vida cuando vaya creciendo. Decisiones que sean conversadas, que sean compartidas. Ellos deben poder recibir información del mundo adulto para desempeñarse en la vida y lograr esta autonomía.
Esto es un gran desafío para ellos, me imagino.
Si claro y te cuento que también es un desafío para los adultos. Porque hablar de “participación” es muy bonito, pero llevarlo a la práctica es super difícil. Porque hay que entender la voz de los niñas, niños y adolescentes cuando quieren hacer cosas y quieren opinar. Para los adultos es super difícil entender que eso es un espacio para ellos.
Nosotros trabajamos a través de los Consejos de Infancia e impulsamos la participación cien por ciento. Los niños pueden tomar ciertas decisiones, pero nosotros como adultos debemos guiarlos. Con esta participación en los Consejos de Infancia hemos tenido muy buenos líderes que han ido al Concejo Municipal a plantear su visión de la realidad, de sus comunas y contar lo que quieren para ellos y para los otros niños.
Claro, esto es un gran desafío, porque estamos amparados en la Convención de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes que Chile suscribió y firmó. Esto nos da el marco para decir: “Está bien, este es tu hijo, eres la madre o este es tu alumno, tu eres la profesora, pero es un sujeto individual que también tiene el derecho de dar su opinión”. Esto es algo obvio, pero llevarlo a la práctica es bien complejo.
Es terriblemente difícil, pero nosotros tenemos que cambiar el switch como adultos. Acuérdate que nosotros como niños no se nos permitía opinar del mundo adulto. Por ahí decíamos algo hasta ahí nomás y ya nos decían que teníamos que callarnos. Hoy en día, los jóvenes saben cómo cooperar con la comuna, saben lo que quieren hacer, pero hay que darle apoyo desde esta mirada.