Actualmente hay cuatro templos que requieren una profunda restauración por su severo estado de deterioro. Desde la Fundación Iglesias Patrimoniales de Chiloé apuntan que se está contra el tiempo y la falta de recursos pone en riesgo no solo los propios templos, sino que de paso la categoría de sitio Patrimonio de la Humanidad que ostentan.
Este miércoles miles de fieles llegaron hasta la isla de Caguach, en la comuna de Quinchao, para participar de una nueva la festividad religiosa entorno a la imagen del Nazareno.
Se trata de la más representativa y multitudinaria celebración religiosa en el archipiélago, que tiene como escenario principal su iglesia, que forma parte de los templos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2000.
La innegable relevancia del templo en uso religioso y comunitario hoy contrasta con su deteriorado estado de conservación. Y es que la iglesia de Caguach es uno de los cuatro templos que mantienen la categoría que necesitan una urgente intervención.
Así lo manifestaron desde la Fundación Iglesias Patrimoniales de Chiloé, entidad la encargada de velar por la conservación de estas iglesias. Su trabajo abarca no solo la restauración estructural, sino que también ámbitos relacionados con la difusión y educación, entre otras materias.
La fundación lleva adelante planes para gestión de las comunidades de las iglesias o el fortalecimiento de la llamada Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera, rescatando los saberes detrás de la construcción de los templos y traspasándolo a las nuevas generaciones, entre otras acciones.
Una tarea compleja, advierten, ya que hoy no existe sistema de financiamiento que permita la restauración en el corto plazo de los templos. Con ello, las estructuras se siguen deteriorando por el paso del tiempo y poniendo en riesgo la declatoratoria de sitio excepcional que recae sobre todos los 16 templos.
PATRIMONIO EN RIESGO
Natalia Cruz, Directora ejecutiva de la fundación, conversó con El Insular sobre el estado actual de conservación de los templos y la preocupación que existe los templos de Detif, Ichuac, Colo y Caguach.
Tras la declaratoria de la Unesco en el 2000, se inició un fuerte proceso de restauración parcial y total de los templos más comprometidos. Este plan terminó alrededor de 2016 dejando fuera estos 4 templos. Hoy el análisis que se hace del estado de estas iglesias es tajante. Hay riesgo real de perder estas estructuras por efecto de la pudrición de la madera o la presencia de xilófagos si no se intervienen en el corto plazo.
“En el caso de la iglesia de Detif, que es la que está más complicada de todas, hay que hacer una intervención completa de su torre fachada, de su cara principal. Ese espacio, estructuralmente está mal, muy mal, y la restauración que tenemos que hacer para que queda bien excede en unos 4 a 5 veces lo que se puede conseguir en los fondos concursables que entrega el Estado”, señaló.
Una situación que no solo impacta en la pérdida de la estructura como edificio patrimonial, sino que podría repercutir en las demás iglesias ante la posibilidad cierta de perder la categoría de Patrimonio de la Humanidad.
“Es un hecho bastante grave, porque el sitio Patrimonio de las Iglesias es un sitio de condición seriada, es decir, es una serie de elementos, si perdemos uno, los perdemos todos, la declaratoria de la Unesco que reconoce este lugar como excepcional dentro del planeta”, explicó.
Otro elemento que se conjuga en este complejo panorama es el aumento en el precio de los materiales y escases de los maderas con la que fueron edificadas, encareciendo el proceso de reconstrucción. Se estima que solo para abordar mejoras en la iglesia de Detif se necesitarían alrededor de 450 millones de pesos.
“Una de las grades complejidades que tenemos es que, al ser un sitio histórico, en donde se desarrollaron actividades previas a la construcción de las iglesias, cada trabajo que nosotros hagamos en el suelo tiene que ir con arqueología. En la misma iglesia de Detif, en el trabajo de restauración que estamos haciendo en el muro sur, restauramos ese eje de las fundaciones, y se tuvo que hacer un trabajo arqueológico y se encontraron restos de cerámica, posiblemente prehispánica que se están analizando en el laboratorio para saber la data y uso. En esos suelos bajo las iglesias se han encontrado osamentas e información relevante. Entonces, eso encarece muchísimo los proyectos”, apuntó.
FINANCIAMIENTO Y DECLARATORIA
Todo este panorama complejiza la posibilidad de abordar una restauración integral. Más cuando las líneas de financiamientos son limitadas y los recursos a los que se puede acceder distan mucho de la inversión que necesitan los templos.
A juicio de la profesional, la situación en que se encuentran los templos hace necesario un plan de financiamiento especial.
“Los fondos máximos para ejecución de obras van de 80 millones a máximo 120, muy por debajo de la inversión que se necesita. Ya estamos en un escenario donde efectivamente estamos contra el tiempo, puede haber pérdida real, entonces, no podemos abordarlo con los fondos concursables que se entregan, por lo que necesitaríamos una inyección de recursos directa al sitio, desde el Ministerio de las Culturas, por ejemplo, o desde el Gobierno Regional, que nos permita trabajar en la conservación. Recordemos que son solo 7 sitios del patrimonio mundial en todo Chile, y somos uno de eso. Somos reconocidos mundialmente, tenemos valores excepcionales”, expresó.
Con todo, a riesgo estructural que presentan estas iglesias, se suma la situación de la Iglesia San Francisco de Castro y el proceso de protección de su entorno. Hay que recordar que en 2013, el Estado de Chile se comprometió con la Unesco a la protección del entorno de los templos tras el impacto que causó la construcción de Mall Paseo Chiloé.
Es en este contexto que se inició el proceso de declaratoria de Zona Típica en el entorno de las iglesias, que llegó hasta la justicia en Castro, con un pronunciamiento de la Corte Suprema que falló retrotraer el proceso administrativo ante la oposición de un grupo de vecinos.
Al respecto, Cruz señaló que “hay muy baja inyección de recursos para que le gente que la habita vea o sienta lo efectos positivos de habitar un sitio histórico. Ahí surge el rechazo de las comunidades. Esto es uno de los elementos que ponen en riesgo la continuidad del sitio patrimonio mundial, es así de grave. La situación de Castro es muy compleja, porque a partir de la construcción del mall, se solicitan todas estas acciones de protección, que se reflejan en las declaratorias de zonas típicas, pero que no tienen una inyección de recursos clara y potente, por lo tanto, las comunidades lo recienten de igual forma”, expresó.
Actualmente se han catastrado 152 iglesias que fueron construidas bajo el sistema de carpintería de iglesias chilotas, pero de ellas solo 16 fueron seleccionada como Patrimonio Mundial. Por ello, Natalia Cruz, hizo un llamado a la autoridad y privados a poner en valor y cuidar este patrimonio ante el riesgo que existe de perder esta condición. “Nosotros estamos abiertos a trabajar no solo con el estado, sino con todo aquel que quiera aportar de alguna forma en la conservación de estos templos”, cerró.
Fuente: El Insular