Ante el eventual colapso del vertedero municipal Ancud, producto del llenado anticipado de la celda N°1 a causa del manejo de las autoridades locales. La cuales apuntan a imprecisión de cálculos, y el escaso cumplimiento de las medidas provisionales dictadas por la superintendencia de Medio Ambiente la cual colapsaría a mediados de agosto.

Uno de los puntos principales es que hasta el momento el municipio no ha presentado un proyecto de ingeniería para la segunda fase, ni tampoco ha ingresado al servicio de evaluación ambiental. La deficiente gestión e improvisación con el problema de la basura por parte del alcalde Carlos Gómez y concejales, nuevamente queda al descubierto.

Los habitantes de Puntra culpan al municipio de Ancud tras un fallido y triste ejemplo de gestión de residuos y una caótica, «simplemente demostrada por el hecho de que aproximadamente 170 – 210 toneladas de “residuos sólidos municipales” (19 camiones de colección de desechos por semana, que transportan entre 9 a 11 toneladas cada uno) para una comuna de 38,000 habitantes se depositan en el vertedero de Puntra El Roble cada semana», comentó Diego Barahona, presidente del Comité de Defensa Medioambiental Chiloé Sin Basura.

El proyecto de ingeniería del municipio de Ancud estimó que el tamaño de la instalación tenía una vida útil de 18 meses, sin embargo la capacidad del vertedero ha llegado a término, y debería cerrar en el mes de agosto. Lo que significa 11 meses antes de lo estimado.

¿A que se debe esta contradicción? Simplemente a un error aritmético en la conversión de tonelaje a metros cúbicos. ¿Cómo lo explica las autoridades responsables?

La cantidad de agua lluvia caída tampoco fue considerada por los ingenieros de la municipalidad, la cual pesa más que la basura, según expertos en tema. El agua lluvia caída en el vertedero ha sido entre 5000-6000 metros cúbicos y esto se reflejó en la piscina de lixiviados que es de conocimiento público.

Debemos recordar que los lixiviados (tóxicos, cancerígenos, corrosivos) se forman por ejemplo los aditivos del plástico en contacto con agua lluvia en menos de 24 horas. La piscina que se registró en las fotos eran de lixiviados y estos deben ser eliminados en instalaciones seguras y autorizadas como fue ordenado por la superintendenca del Medio Ambiente el 25 junio 2020.

Lo contradictorio es que mágicamente estos han desaparecido, probablemente luego de un tratamiento informal por parte de la municipalidad. Lo grave de la cantidad de lluvia es que la basura está saturada y extremadamente mojada o incluso «nadando» en sustancias tóxicas por debajo de la “cobertura” o toda la arena que le agregaron estas últimas semanas. Esto da pie a procesos bioquímicos de descomposición, los que producen entre otros metano, (gas explosivo). Lo que se asemeja a encender un balón de gas y genera un enorme riesgo de incendio en el verano.

Sin enumerar una serie de procesos químicos que es difícil resumir y retratar para el ciudadano común. Esto en si es una bomba de tiempo, sin mencionar que como ya se ha repletado el vertedero. O, ¿estarán planeando otra zanja ilegal?. La ciudadanía espera que dispongan un plan alternativo de disposición de basura en un lugar autorizado fuera de la Isla.

En este momento, este vertedero es un pozo de lixiviados que permanecerá cientos de años con un enorme riesgo de colapso o vertimiento hacia el acuífero como también hacia el río Puntra, y por ende el Santuario de la Naturaleza de Chepu. Lo que le diría adiós a la biodiversidad, bosques hualves, pesca artesanal, turismo y prácticas de mariscar. Y con ello llegarían múltiples canceres antes de tiempo, enfermedades mentales y muchas otras consecuencias. Esto sería la nueva bienvenidos a la comuna de Ancud.

Fuente: Comunicado de Prensa