En el ciclo de entrevistas “Hablemos de inclusión escolar” que financia el Fondo de Fomentos de Medios Comunicación Social del Gobierno de Chile y el Consejo Regional de Los Lagos. El comunicador Francisco Chávez Catepillán, conversó con el profesor de educación básica y diferencial Julio Iglesias. El ciclo tiene el objetivo de responder a la siguiente pregunta ¿Cómo se genera inclusión en el ámbito escolar?
Julio, 25 años de docencia, ¿desde cuando trabajas en el programa PIE?
Tengo formación tanto como profesor de educación diferencial y como profesor de educación básica. He tenido la suerte de trabajar en todos los niveles de educación escolar chilena. Tengo una visión desde el inicio de estos programas, que antes eran proyectos y fueron la génesis de la inclusión escolar. La diferencia entre proyecto y programa era que los proyectos eran acotados en el tiempo y los programas permanecen en el tiempo.
Se ha ido avanzando en el proceso de inclusión escolar, en las necesidades educativas especiales, en los diagnósticos. Todo esto genera que la escuela sea un espacio de inclusión.
¿Cómo ha sido la implementación de estos programas en los colegios?
Tenemos que remontarnos a la historia de nuestros procesos. Tenemos una historia de la educación especial en el siglo XX que responde a un modelo médico, a un modelo normalizador. Luego, la segunda mitad del siglo con la influencia de las pedagogías críticas, pasa a un modelo de integración para posteriormente acuñar el paradigma de la diversidad y de la inclusión.
Como todo proceso de aceptación de la diversidad y de la diferencia son procesos lentos. No cambia porque haya normativas de un día para el otro cambie la visión que tenemos de lo que es la inclusión de la diversidad en la escuela. La escuela es el reflejo de la sociedad. Es ahí donde estos programas tienen el asidero para provocar el cambio paradigmático en la sociedad.
La inclusión aún arrastra un resabio de lo que es el modelo médico de etiquetar bajo cierto diagnóstico a los estudiantes e intentar “normalizar” dentro de un currículum que muchas veces es segregador y no propicia una apertura a distintos tipos de aprendizaje.
¿Cómo se rompe esto de “etiquetar” y “segregar” desde los profesores?
Hay un currículum oculto, que ocurre en la escuela, pero no está escrito en ninguna parte. Es como la cultura de la escuela. Los profesores tenemos que entender que el modelo de formación inicial docente también tiene que verse impregnado por una concepción nueva de educación. No podemos formar en las viejas prácticas y en modelos obsoletos a los docentes del futuro, obviamente que esto se va a traducir en la cultura escolar.
Muchos autores hablan de lo que es el concepto de inclusión-exclusión. De tanto hablar de inclusividad, nos volvemos excluyentes en cierto modo. De tanto hablar de diversidad, empezamos a sospechar del concepto de “biodiversidad” y en definitiva empezamos a retratar en el otro algo que lo signa y lo etiqueta.
¿Cuál es la contribución del programa PIE?
La contribución del programa en lo concreto es la de posibilitar a muchos estudiantes avanzar respecto a sus complejidades, incluso apoyando con elementos tecnológicos, con atención médica y especialistas. En eso el avance que hemos tenido es innegable.
Ahora bien, todavía persiste esa cultura escolar de que esos niños son “propiedad de un profesor especialista” y muchas veces esos niños son vistos por profesores que no se dedican a esta área como “niños del PIE” y que no son de su responsabilidad. Esto no es así, somos todos responsables: el profesor de la asignatura, el profesor jefe, el básico, el profesor de media y sumado a esto la contribución que se hace con el docente diferencial. Todos tenemos que sentirnos responsables de los avances de estos chicos.
Por algo siempre se dijo que, ‘entre familia y amigos, ni plata ni negocios’, y es que lo que comenzó como un proyecto entre colegas de toda la vida, terminó —según su propio relato— en una situación que ahora define como una estafa. Miguel Ángel Alvarado, el también conocido como Centella Humor y aplaudido recientemente por su participación en el Festival de Viña del Mar, publicó un fuerte descargo en redes sociales donde apunta directamente a quien habría sido su socio en un emprendimiento.
“No hay ningún llamado, no dan la cara”, escribió el comediante en un mensaje que generó un alto impacto entre sus seguidores, y que marca el inicio de lo que él mismo anticipa como una exposición pública sostenida en el tiempo.
“Hola a todos, ya ha pasado más casi dos mes y no hay ningún llamado de cuando darán la cara para pagar lo que yo con tanto sacrificio se hizo.”
Según relató en su publicación, Alvarado habría invertido y trabajado en un local que quedó bajo control de terceros. A partir de ahora, sostiene, comenzará a difundir material que respaldaría su denuncia.
“Amigos, este es el lugar que el sr trompeta y secuaces me estafó. Desde ahora subiré mil fotos y videos donde mostraré cómo estaba y lo dejé este local que se hizo en sociedad con el que era un gran amigo.”
La publicación también deja ver su decisión de avanzar en todos los frentes posibles:
“Llegaré hasta las últimas consecuencias. El último ríe mejor.” “A mí no me callarán con comunicados falsos tapando sus mentiras y estafas. No, señor.”
Además, anticipó que llevará su denuncia a los medios, en otras palabras, HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS:
“Desde ya comienzo en tele y donde sea para hacer justicia.”
El posteo cierra con un mensaje de agradecimiento a quienes lo han acompañado desde que compartió lo ocurrido:
“Gracias a todos por el apoyo!!!!”
Por el momento, las personas aludidas no han emitido declaraciones públicas. La historia, según Centella, recién comienza y, el mencionado posteo, ha generado comentarios de todo tipo, en su gran mayoría, a favor del humorista de Punta Arenas.